viernes, 1 de febrero de 2008

Después del viaje

Lo siguiente fue el trabajo que hice para el proceso de selección del Proyecto Jóvenes Voluntarios con América Latina. Haber si os gusta.

Después del viaje

  • Siempre el viaje cambia al viajero, no al turista; siente como un renacer, aunque nadie lo note.
  • Aprende, comparte, siente y, sobre todo, asimila que su parcelita de terreno puede llenarle, pero no es mejor que las de los demás.
  • Viajar es peligroso, provoca cuestionarse muchas cosas.
  • Hay que ir con los bolsillos vacíos y las manos abiertas.
  • Con la talega llena de huecos que rellenar, adsorbiendo todo, como una aspiradora.
  • Una sonrisa, un abrazo, un beso, no puede ser impostado.
  • Recibe más quien más da, encuentra más quien no lo busca.
  • Hay una especial gratitud en quien no esperaba recibir nada.
  • Siente que debe devolver lo que ha recibido injustamente, corresponder tanta gratitud.
  • Así concibo el viaje a Nicaragua, como un premio demasiado valioso.
  • Hay que corresponder con lo que se pueda, con lo que se sepa, con lo que se quiera.
  • Cómo mostrar la alegría de un niño a otro niño de aquí.
  • Cómo convencer con la mirada, con los gestos, con las palabras, de igual manera que lo estamos nosotros.
  • Quizá no pueda dar tanto, responder a tantas ilusiones, pero no cabe duda que lo intentaré.
  • Muchas veces querer es poder, si se pone empeño.
  • Una charla, mostrar fotografías, una ristra de anécdotas, no significan tanto.
  • Vale más si mostramos alegría, entusiasmo, casi demencia, pues hemos visto el fulgor de lo que nos une como humanos y nos hace iguales que nuestros congéneres.
  • Hemos visto la belleza de otra forma y nos ha sobrecogido. Encontramos un sentido al enigma, aunque al principio no lo entendíamos como tal.
  • Habrá quien no vea, no entienda, no sienta... No importa.
  • Hay olores no que percibimos, colores que no apreciamos, sentimientos que no valoramos.
  • Pero quien tenga sus sentidos afinados, quien llore cuando lloren los demás, ría con los otros, se sentirá involucrado en esta navegación a la deriva, que no sabemos adónde llegará.
  • Y la única certeza es que jamás, nunca, se sentirá solo.

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