Qué sabio quien dijo que lo más difícil en la vida es llegar a ser uno mismo. Yo lo intento... sin conseguirlo. Quiero ir a Ticuantepe, voy a ir, pero parece que todo se conjura para impedírmelo. Problemas con el trabajo: finaliza mi contrato al final de febrero y tendría que acabar antes (10 días) (es casualidad que precisamente el 29 de febrero vaya a terminar de trabajar.) Problemas con mi familia: piensan que me van a secuestrar (o desaparecer en el Triángulo de las Bermudas). Después está el paro, pues al terminar de trabajar tengo ese derecho. Resulta que se pasaría el plazo para pedirlo desde que acabase la relación laboral. Tendría una penalización de más de un mes de pérdida de ese derecho por solicitarlo fuera de plazo. Después están las vacunas. Voy al centro de salud de mi pueblo y por un lado me dicen que las debo pedir cuanto antes a mi médico de cabezera y cuando trato de hacerlo me obligan a pedir cita para hablar con él, y para ello tengo que esperar varios días. No sé cómo quien está enfermo puede esperar varios días para consultar con su médico, no me lo explico. No estarán tan mal como para poder esperar o no le da la importancia que tiene la sanidad a las enfermedades.
También está lo del pasaporte. Yo lo hice el día 9 de enero de 2007 y resulta que no vale, que ahora sólo vale el electrónico, el que tiene un chic eléctrico que guarda nuestros datos personales y la huellas dactilares. Otra problema más.
Qué difícil es hacer lo que uno realmente quiere. Qué fácil sería renunciar a toda dificultad, a todo afán, y quedarme en casa en el brasero, tan tranquilito (pero no contento), como me aconseja mi familia.
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