Silvio Rodríguez volvió a cantar en Nicaragua después de 25 años. Silvio está en el imaginario nica muy hondo. Era conmovedor escuchar cómo todos cantaban al compás las letras de las canciones. Ahí yo no me sentía extranjero, sino uno más hechizado por la magia de la música, en una comunión perfecta con los espectadores. La entrada al recinto fue multitudinaria. Estuvimos más de una hora esperando. Al final, abrieron las puertas al comenzar los conciertos. Incluso, se derribaron las vallas que separaban a los espectadores. Como si el concierto fuese una metáfora de la lucha de clases, todos nos convertimos en una solo, en una sola hermandad de seres humanos, de congéneres con los mismos derechos y oportunidades. La camaradería se respiraba por doquier. Y esto nunca lo había sentido en España. Es curioso.
lunes, 3 de marzo de 2008
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